El desacuerdo es válido. Pero cuando un humano abusa de su poder (individual o colectivo) para imponer su punto de vista por sobre los otros, se viven tiempos obscuros en la historia.
Mal la pasaremos como humanidad (otra vez, porque quien no conoce la historia está condenado a repetirla) si se llegan a prohibir todas las cosas que se hacen sin afectar directamente a otros humanos.
Pero a sabiendas de lo agresivos que suelen ser los que prohíben (hoy y en el pasado) de poco sirve hablarles.
A ti, que crees vehementemente que algo me debes prohibir (por las razones que sean) cuando no te hago nada: buscaré defender mis libertades a tu costa, pues también la historia me ha enseñado que cuando no nos defendemos (a veces pasivamente, como Gandhi, y otras a capa y espada, como guerreros) estaremos muertos hasta recuperar nuestras libertades arrebatadas.