¿Sin popote?

En últimas fechas, estamos siendo bombardeados por spots transmitidos en todos los medios, pagados en su mayoría por nuestros propios impuestos. La campaña “Sin popote está bien” tiene su propio apartado en el sitio oficial del gobierno mexicano. ¿De dónde salió?La historia comienza en el 2011, cuando Milo Cress, un niño de 9 años, tomó el teléfono y empezó a hacer una encuesta a los fabricantes de popotes. Como resultado de sus esfuerzos, se llegó a la cifra de que se usaban 500 millones de popotes al día en Estados Unidos de América. El dato lo tomó una compañía dedicada al reciclaje, Eco-Cycle, y de ahí la comenzó a difundir el National Park Service. Hoy Cress, que tiene ya 16 años, dice que sus datos son avalados por la National Restaurant Association.

El tema, por ser obviamente atractivo para los hippies de California, ya se transformó en ley. Allá, en lugar de atacar el problema que tienen de tener las calles llenas de excremento en San Francisco y los miles de jeringas usadas por adictos entre los cuales cunden enfermedades como el SIDA, se tomó la decisión de multar con de $100 a más de $1,000 dólares más 6 años de prisión por ofensa a quienes cometan el absoluto pecado de entregar popotes a los consumidores.

¿Todo esto es necesario? En realidad no. La estadística, como todas las que acompañan a la efervescencia activista / ambientalista, nunca ha sido corroborada. Nadie se ha puesto a cuestionar la sabiduría y los métodos de un niño de 9 años, y para los ojos de estos “guerreros” sería igualmente pecaminoso hacerlo. Según Adam Minter de Bloomberg, en caso de que hubiera 8.3 miles de millones de popotes llegando al océano, eso apenas sería el 0.03% de los 8 millones de tolenadas de plástico que llegan a los océanos. Casi la mitad de la mentadísima y voluminosa mancha de plástico del pacífico está compuesta por redes de pescar, que de forma no sorprendente, tienden a atrapar a criaturas marinas.

En otras palabras, sería mucho más importante comenzar a dedicar tiempo y recursos a remover y prevenir el que redes de pesca terminen en los océanos que a los popotes.

La intención de estas campañas absurdas NO es solucionar problemas, es hacer sentir bien al público. De ahí su éxito y propagación.

Son chingaderas…

Fuente: http://reason.com/blog/2018/01/25/california-bill-would-criminalize-restau

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