Hasta hace poco, yo siempre me había declarado como moderado cuando se tocaban temas relacionados con la metafísica, pero en el fondo, no podía evitar sentirme mal por ello. Siempre he tratado de ser congruente, y eso requiere de un gran esfuerzo cuando se interactúa con otros, sobre todo en un mundo de incongruentes. Hoy dejo una gran incongruencia atrás, y es la de seguir pretendiendo, sobre todo con los demás, que soy moderado respecto a cuestiones metafísicas, y me declaro militante en contra de cualquier cuestión metafísica.
Se de antemano que una declaración de guerra va aparejada de un deseo de victoria, pero también del sufrimiento derivado de las belicosidades, y no hay mayor sufrimiento que el de la guerra. El camino es áspero, feo, horrible, pero prefiero seguir el camino de la congruencia que el de darme la espalda a mi mismo, a mi capacidad de razonar.
“(…) Una de las más poderosas obsesiones entre creyentes, y una que puede tener a Dennett perplejo, es que es sacrílego el cuestionarse las propias creencias y un insulto para cualquier persona el hacerlo a otras. ‘Que fina capa de protección tiene este virus,’ observa Dennet ‘permitiendo que se deshaga de los anticuerpos del esceptisismo sin esfuerzo!’…” — Scientific American en relación con el libro de Daniel C Dennet “Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon”.
Ya había hecho experimentos, pensado en marcos teóricos, ejercitado todos los caminos que se me habían ocurrido, e incluso realizado los más grandes sacrificios en busca de ser congruente con un tema que tanta relevancia tiene y ha tenido en la historia. Aún a sabiendas de lo que apareja buscar la congruencia en este punto, mi decisión es una, sin retorno y aceptando las condiciones del contrato.
Antes, el mejor modelo que podía definir mi postura respecto de la metafísica era la herencia de Carl Sagan: un escéptico de primera línea, científico, siempre dispuesto a entrarle a la batalla (pero sin buscarla, a menos que fuese estrictamente necesario ) y moderado, pero con cierta tendencia militante. Comprensible, pues, desde la óptica de vivir en los Estados Unidos de América, no siendo posible, dadas las condiciones imperantes en dicho país, permanecer siempre en la moderación, dado que siempre habrá ataques en contra de quien no crea en nada.
Durante mi disertación sobre el tema haré referencias a un personaje principal en la cruzada contra la metafísica, contra la religión: Richard Dawkins, ethólogo británico. La mayor parte de lo que aquí se lee son traducciones tanto de un excelente artículo en Wired News “La Cruzada Contra la Religión” y de una entrevista que le hizo Salon “El ateo“. Si, están en inglés, ya que es el lenguaje del imperio actual, tal y como estaban en latín los mejores textos en otros tiempos.
Debo hacer una pregunta importante: ¿Cual es tu posición respecto a dios? Es una pregunta que preferirías que no se te hiciera. Pero me temo que no tengo opción. Nos encontramos, este mismo otoño, tres y medio siglos después del martirio intelectual de Galileo, atrapados enmedio de una lucha de la mayor importancia, donde cada uno de nosotros debe hacer un compromiso. Es el tiempo de declarar nuestra posición.
Se hace un llamado a los no-creyentes, a los deístas indecisos a los que daría vergüenza defender cosas antigüas y absurdas como el “nacimiento virginal” o la noción de que María se elevó en los cielos sin morir, o cualquier otro mito evidente; el llamado se hace a los que están sentados en las gradas, a ayudar a deshacerse de esta maldición que debilita: la maldición de la fé.
No es excusable que se declare que no se sigue una doctrina específica de creencias. No es apropiado no solo el no creer en dios, sino también el respeto por la creencia en dios. La religión no solo está mal, es mala.
Se ha dicho que la única posición racional es el agnosticismo, porque no se puede probar o negar la existencia de un creador sobrenatural. Encuentro débil esta posición. Es cierto que no se puede negar todo ero puede asignarse un valor de probabilidad en ello. Hay un número infinito de cosas que no se pueden negar: unicornios, hombres lobo, y teteras en órbita alrededor de Marte. Pero no ponemos atención alguna a esto a menos que haya una razón para pensar que de verdad existen.
No congenio con los agnósticos y los creyentes liberales, el tipo de personas que pueden ir a la iglesia pero le rehuyen a la doctrina. Los moderados le dan una base poderosa a los extremistas. Muchos católicos usan el condón, muchos católicos están divorciados, y muchos no tienen una opinión en particular acerca de si eres homosexual. Pero cuando el Papa se para y dice “Esto es en lo que creen los católicos”, el sigue teniendo el crédito de hablar por más de mil millones de personas. Ahora que las parsonas están más preocupadas por las fatwas de los clérigos musulmanes, esta preocupación debe esparcirse, hacerse más general, y despertar a la gente al daño que causa el Papa.
El problema no es una doctrina religiosa en específico, sino la religión en general. Mientras aceptemos el principio de que la fé religiosa debe respetarse simplemente porque es fé religiosa, es difícil quitarle el respeto a la fé de Osama bin Laden y de los suicidas asesinos.
Hay quienes dicen que como la ciencia no puede explicarlo todo está mal decir que no necesitamos a dios. Está también mal, supongo, decir que no necesitamos al Monstruo Volador de Spaguetti (Flying Spaghetti Monster), Thor, Wotan, Jupiter o las hadas en el fondo del jardín. Hay también un número infinito de cosas en las que la gente de otros tiempos ha creído, y un número infinito de cosas en las que nadie ha creído jamás. Si no hay la mínima necesidad de creer en esas cosas, ¿porqué molestarse? Si hay alguien que dice “yo quiero creer en dios, el Monstruo Volador de Spaguetti, hadas ó lo que sea” no vale la pena tratar de probar que esas cosas no existen.
Creer en dios es como creer en una tetera en órbita alrededor de Marte. Por un largo periodo pareció claro casi para cualquiera que la belleza y elegancia del mundo parecían ser evidencia prima facie de un creador divino. Pero el filósofo David Hume probó hace tres siglos que este era un mal argumento. Lleva a una regresión infinita. No se puede probar cosas como cosas vivientes diciendo que ellos debieron ser diseñados porque de todas maneras se tendría que explicar al diseñador, que debe ser, cuando menos, aún más estadísiticamente improbable y elegante. El diseño nunca puede ser la explicación última de nada. Solo puede ser una explicación aproximada. Un avión o un auto se explica por un diseñador pero eso es porque el diseñador en sí mismo, el ingeniero, se explica por la selección natural.
Aquellos que siguen la idea del “diseño inteligente” (inteligent design: la idea de que las células vivas son tan complejas para hacer sido creadas por solo la naturaleza) dicen que la evolución es incompatible con la existencia de dios. Pero no hay evidencia para la existencia de dios. La evolución por selección natural es un proceso que trabaja hacia arriba desde simples principios, y los simples principios son fáciles de explicar. Un ingeniero o cualquier otra cosa viva es difícil de explicar, pero es explicable mediante la evolución a través de la selección natural.
¿Porqué la gente insiste en creer en dios? Desde un punto de vista biológico, hay varias teorías acerca de porqué tenemos esta extraordinaria predisposición a creer en cosas sobrenaturales. Una sugerencia es que la mente de un niño, por buenas razones Darwinianas, es susceptible a la infección en la misma forma que una computadora. En orden de ser útil una computadora debe ser programable para obedecer aquello en lo que se le diga. Esto automáticamente la hace vulnerable a virus de compuradora, que son programas que dicen “espárceme, cópiame, pásame”. Una vez que un programa viral comienza, no hay nada para detenerlo, hay que parar todo y comenzar de nuevo.
De forma similar, el cerebro de un niño es preprogramado por selección natural para obedecer y creen lo que los padres y otros adultos le dicen. En general, es una cosa buena que los cerebros de los niños sean susceptibles a ser enseñados en que hacer y en que creer por adultos. Pero esto necesariamente lleva el efecto colateral de que ideas malas, ideas inútiles, ideas para perder el tiempo como danzas de la lluvia y otras cuestiones religiosas, también pasarán de generación en generación. El cerebro de un niño es muy susceptible a este tipo de infección. Y esta también se esparce hacia los lados cuando un predicador carismático va por ahí infectando mentes nuevas que no habían sido previamente infectadas.
Educar a los niños en alguna tradición religiosa podría ser una forma de abuso. Sería un claro abuso etiquetar a los niños como católicos o musulmanes. Encuentro muy molesto el que en nuestra civilización se esté feliz hablando de un niño católico que solo tiene 4 años de edad, o de un niño musulmán que tiene 4 años de edad, cuando estos niños son demasiado jóvenes para saber que es lo que piensan del cosmos, la vida y la moralidad. No soñaríamos estar hablando de un niño Marxista. Pero así, por alguna razón, hemos hecho la excepción priviliegiada de la religión.
No solo estoy en desacuerdo con los mitos religiosos. Estoy en contra de tolerarlos o de cooperar con la colonización de cerebros inocentes. ¿Que tanto consideramos a los niños como propiedad de sus padres? Una cosa es decir que la gente es libre de creer lo que quiera, pero ¿deben ser libres de imponer sus creencias en sus hijos? ¿Hay motivo para que la sociedad se involucre? ¿que tal educar niños para que crean en falsedades?
Además, todo el mundo cree lo que sus padres creían. El hecho de que profesen alguna doctrina religiosa obedece al hecho fortuito de haber nacido en algún lugar o de algunos padres, salvo raras excepciones, en las que nunca se aprecia la capacidad de razonar y cuestionar, y se abrazan creencias ajenas con suma facilidad.
A los niños se les debe enseñar la teoría de la evolución de Darwin, que de forma lógica lleva al ateísmo. Estoy en contra de la moderación que prefiere decir que la evolución y la religión tienen muchas cosas en común, porque no las tienen. La gran guerra no es entre la evolución y el creacionismo, sino entre el naturalismo y lo metafísico. Los religiosos sensibles están del lado de los fundamentalistas, porque ellos creen en lo metafísico. Esto me pone fuera del lado moderado. No es solo el concepto de dios y la religión lo que no se debe tolerar, sino la superstición, la credulidad y el pensamiento mágico en general: la metafísica. La “guerra contra el terror” (war on terror) de Bush despertó a la gente al hecho de que hay más de una religión en el mundo. Creo que estamos en un punto crucial en el que admitimos que ciertos tipos de religión son incompatibles con ciertos derechos. ¿En que punto la sociedad dice “hey, esto es una locura”?
Una alucinación es algo en lo que la gente cree aún con una completa falta de evidencia. La religión es indistinguible de alucinaciones infantiles como el “amigo imaginario” o el “mounstruo debajo de la cama”. Desafortunadamente, la alucinación de dios poseciona a los adultos, y no solo una minoría de desafortunados está en un manicomio. La palabra “alucinación” también tiene connotaciones negativas, y la religión tiene muchas de ellas.
Una alucinación que anima a la creencia cuando no hay evidencia está buscando problemas. Desacuerdos entre creencias incompatibles no pueden allanarse con argumentos razonados porque los argumentos razonados son acallados en aquellos entrenados en la religión desde la cuna. Los científicos tienen desacuerdos entre ellos pero nunca pelean por ellos. Ellos discuten acerca de las evidencias o salen a buscar nuevas evidencias. Mucho de esto es así para los filósofos, historiadores o críticos literarios.
Pero no haces eso si solo sabes que tu libro sagrado es la verdad escrita por dios y el otro tipo sabe que sus escrituras incompatibles lo son también. La gente que fué educada en la fé y la revelación personal no puede ser persuadida por la evidencia para cambiar su parecer. No es sorprendente que los defensores de la religión a través de la historia han usado la tortura y la ejecución, las cruzadas y jihads, guerras santas y purgas, la inquisición y la quema de brujas.
Los lados oscuros de la religión al día de hoy no se limitan al terrorismo en Medio Oriente, Zionismo militante, el 11 de septiembre en New York, los “problemas” en Irlanda del Norte, el “credicidio” que es genocidio en Yugoslavia, la opresión de la educación científica en Estados Unidos de América, la opresión de las mujeres en Saudi Arabia, Afghanistán y la Iglesia Católica Romana que cree que no se puede ser sacerdote si no se tienen testículos.
Hace cincuenta años, filósofos como Betrand Russell pensaban que una visión religiosa mundial iba a ir desapareciendo mientras la ciencia y la razón emergían. El camino hacia la razón ha continuado en Europa y Gran Bretaña. Solo no ha sido así en los Estados Unidos de América, y tampoco en el mundo islámico (o en todas las áreas pobres del planeta). Estamos presenciando una alianza entre la teocracia creciente en los Estados Unidos y sus aliados, los teócratas en el mundo islámico. Ellos están peleando la misma batalla: cristianos en un lado, musulmanes en el otro. Hay muchos en Estados Unidos y Europa que no se inscriben en esa visión y son atrapados enmedio.
Bush y bin Laden están en realidad en el mismo lado: el lado de la fé y la violencia contra el lado de la razón y la discusión. Ambos tienen una fé implacable en que están bien y el otro lado está mal. Cada cual cree que cuando muera irá al cielo. Los dos creen que si pueden matar al otro, su camino hacia el paraíso será más fácil. El alucinante “otro mundo” es bienvenido para ambos. Este mundo sería mejor sin ambos.
La religión contribuye a la violencia de los extremistas islámicos, extremistas cristianos. Desde la cuna, son educados para reverenciar mártires y para creer que tienen un camino rápido al cielo. Con la leche materna beben el odio hacia los heréticos, apóstatas y aquellos de religiones rivales (y últimamente hacia los ateos y escépticos).
No quiero sugerir que son las disputas doctrinales las que motivan a los soldados individuales que están matando a los otros. Lo que sugiero es que en lugares como Irlanda del Norte, la religión es la única etiqueta disponible por la que la gente se mete a la guerra nosotros-ó-ellos. Cuando un protestante asesina a un católico o un católico asesina a un protestante, no están ejecutando desacuerdos doctrinales acerca de la transubstanciación.
Lo que está pasando es más como una vendetta. Fué uno de los abuelos del otro lote el que mató a uno de los abuelos de nuestro lote, así que estamos tomando venganza. El “su lote” o “nuestro lote” es solo defininido por la religión. En otras partes del mundo puede estar definido por el color, o por el lenguaje, pero en muchas partes el mundo no es así, es definido por la religión. Esto es cierto en los conflictos entre Croatas y Serbios y Bosnios, todo es acerca de religiones como etiquetas.
Las grotescas masacres en la India en los tiempos de la partición fueron entre hindúes y musulmanes. No había nada más para distinguir entre ellos, eran racialmente los mismos. Ellos solo se clasificaron a sí mismos como “nosotros” y a los otros como “ellos ” por el hecho de que algunos eran hindués y otros eran musulmanes. Esto es todo acerca de lo que es la disputa por Kashmir. Así que si, defenderé la visión de que la religión es una etiqueta extremadamente potente para hostilidades. Eso siempre ha sido verdad y continua siéndolo hasta este día.
El número de personas no-religiosas en los Estados Unidos está más cerca de los 30 millones que de los 20 millones. Eso es más que todos los judíos del mundo juntos. Es probable que los escépticos estén en la misma posición que el movimiento gay hace algunas décadas. Hay una necesidad para que la gente “salga del clóset”. Mientras más gente salga, más gente tendrá el coraje de salir. Creo que este es el caso con los ateos. Son más numerosos que lo que cualquiera puede darse cuenta.
La mayoría de las personas altamente inteligentes son ateas. No hay un solo miembro del congreso de los Estados Unidos que admita ser ateo. No tiene sentido. O son estúpidos o están mintiendo. ¿Tienen un motivo para mentir? ¡Claro que lo tienen! Todo el mundo sabe que nadie eligiría a un ateo.
El mundo sería mejor sin la religión. Todos hemos sido liberados para concentrarnos en la única vida que vamos a tener. Somos libres para exultarnos en el privilegio — la extrema fortuna — de haber nacido. Hay que ser concientes de que estamos vivos, y deshacerse del vano y presuntuoso deseo por una vida ulterior. El mundo sería un lugar mejor si todos tuviésemos esta actitud positiva hacia la vida. También sería un mejor lugar si la moralidad fuese todo acerca de hacer el bien a otros y abstenerse de lastimar a los demas, en lugar de la obsesión mórbida de la religión con el pecado y la maldición del disfrute sexual.
Algunos científicos (y no científicos) dicen que quitar la religión o dios de su vida la dejaría sin sentido, que es dios el que le da sentido a la vida. Es todo lo contrario, la visión científica del mundo es una visión poética, es casi una visión trascendental. Somos increíblemente privilegiados de haber nacido y tener unas cuantas décadas para nosotros — antes de morir para siempre — en las que podemos entender, apreciar y disfrutar el universo. Y aquellos afortunados en estar vivos hoy son más privilegiados que aquellos que vivieron antes. Nosotros tenemos el beneficio de aquellos siglos de exploración científica anteriores. A través de ninguno de nuestros talentos, tenemos el privilegio de saber mucho más que en los siglos pasados. Aristóteles se sorprendería de lo que cualquier niño escolar le contaría hoy. Este es el tipo de siglo privilegiado en el que vivimos. Esto es lo que le da sentido a mi vida. Y el hecho de que mi vida es finita, y que es la única vida que tengo, me hace más ansioso de levantarme por la mañana y darme al asunto de entender más acerca del mundo en el que soy tan privilegiado de haber nacido.
Volviendo a la pregunta, cuando se hace en una cena, en una reunión, tomando unos tragos ¿Quién de aquí es ateo? usualmente la primera respuesta es el silencio, acompañado de miradas alrededor en la esperanza de que alguien más empiece a hablar. Depués, alguien lo hace, casi siempre un hombre, casi siempre con una sonrisa desafiante y un tono de entusiasmo, dice feliz “Yo soy!”
Pero el siguiente comentario es el que expresa las cosas. Alguien le voltea a ver y dice “Claro que tu serías”
“¿Porqué?”
“Porque te encanta hacer desatinar a la gente”
“Bueno, eso es cierto”
Este tipo de conversaciones se dán en cualquier lugar, menos en universidades o lugares relacionados con la ciencia o la alta técnica. Ahí muchas de las personas se dicen agnósticas, pero no tienen muchas suspechas de que dios es real. Ellos dicen que rechazan el ateísmo no por otra cosa sino por política. Como uno dijo “Ateísmo es como decirle a alguien ‘la cosa en la que basas tu vida, la desapruebo totalmente'” Y este es el tipo de declaración que evitan. Este es el tipo de declaración que hago y que debemos hacer, y luego continuar por el camino de la lógica.
Quizás no sea evidente que esto generará un cambio. Quizás sea más fácil pensar que uno puede dejar las cosas como están.
Ahí está la esclavitud. Se usaba creer que la esclavitud era moralmente aceptable. Las personas más inteligentes, sofisticadas, aceptaban que se secuestrase a familias enteras, se les forzase a trabajar para uno, y se vendiesen sus hijos. Eso es rídiculo para nosotros el día de hoy. Vamos a mirar hacia atrás y nos vamos a asombrar de que nos aproximamos a esta asíntota de capacidad destructiva mientras permitíamos que nos balkanizara la fantasía. Por una parte, no se podrá creer que pasase antes. En un punto, va a haber la suficiente presión, que va a ser muy vergonzoso creer en dios.
No hablo a quienes están tan inmersos en su propia alucinación que usarían a su propio libro sagrado para citar razones (vaya contradicción) para creer en su dios, o a quienes usarían argumentos ad-hominem para refutar el esceptisismo o alabar sus doctrinas religiosas, hablo a quienes saben que no conviven con la metafísica en general, quienes han sabido siempre que las cosas que se creen no existen, para que se liberen del todo y lo proclamen.
Nada peor en estos tiempos que quienes sienten “la necesidad” de abandonar su poder de cuestionar, de razonar, y toman un poco de aquí, un poco de allá y crean sus propias doctrinas. Estas ensaladas de metafísica (que incluyen pero no se limitan a los colores, los cristales, el magnetismo, los médiums, meditaciones curativas, “sanaciones” y jaladas en general) muestran lo mucho que ha fallado el sistema educativo y lo estúpido que se puede llegar a ser en medio de esta barbarie sin límite que han generado los moderados al decir “cualquier creencia es respetable”. Muchos de estos ensaladeros están perdidos no solo para el esceptisismo, sino en muchos casos para sustentarse y proveerse lo básico, tampoco son el objeto de esta disertación.
¡A salir!
El autor del libro “Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon”, Daniel C. Dennett, recuperándose de una extensa cirugía cardiaca, escribe:
“En otras palabras, mientras las religiones pueden servir el benigno propósito de hacer que muchas personas se sientan bien con el nivel de moralidad que ellos mismos pueden ejercer, ninguna religión mantiene a sus miembros con los altos estándares de responsabilidad moral como lo hace el mundo secular de la ciencia y la medicina! Y no estoy hablando solo de los estándares ‘en la cima’-entre los cirujanos y doctores que hacen decisiones sobre vida y muerte todos los días. Estoy hablando de los estándares de conciencia avalados por los técnicos de laboratorio y los que preparan la comida también. Esta tradición pone su fé en la aplicación ilimitada de la razón y la investigación empírica, checando y re-checando, y obteniendo el hábito de preguntar ‘Y si estoy mal?’ Llamados a la fé religiosa o a sus membresías nunca son tolerados [un médico nunca debe decir ‘tengamos fé’ y dejar de practicar la medicina para ‘orar’, por ejemplo]. Imaginar la recepción que tendría un científico si intentase decir que otros no pudieran replicar sus resultados porque no compartiesen la fé que tiene la gente en su laboratorio! Y, volviendo al punto principal, es la bondad de esta tradición de razonar y la investigación abierta a la que yo agradezco por estar vivo el día de hoy.”
Comentarios formato anterior:
La religión no es “benigna” ni hace “sentir bien” como la ciencia por Carlos Niebla el viernes 3 de noviembre de 2006
El autor del libro “Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon“, Daniel C. Dennett, recuperándose de una extensa cirugía cardiaca, escribe:
“En otras palabras, mientras las religiones pueden servir el benigno propósito de hacer que muchas personas se sientan bien con el nivel de moralidad que ellos mismos pueden ejercer, ninguna religión mantiene a sus miembros con los altos estándares de responsabilidad moral como lo hace el mundo secular de la ciencia y la medicina! Y no estoy hablando solo de los estándares ‘en la cima’-entre los cirujanos y doctores que hacen decisiones sobre vida y muerte todos los días. Estoy hablando de los estándares de conciencia avalados por los técnicos de laboratorio y los que preparan la comida también. Esta tradición pone su fé en la aplicación ilimitada de la razón y la investigación empírica, checando y re-checando, y obteniendo el hábito de preguntar ‘Y si estoy mal?’ Llamados a la fé religiosa o a sus membresías nunca son tolerados [un médico nunca debe decir ‘tengamos fé’ y dejar de practicar la medicina para ‘orar’, por ejemplo]. Imaginar la recepción que tendría un científico si intentase decir que otros no pudieran replicar sus resultados porque no compartiesen la fé que tiene la gente en su laboratorio! Y, volviendo al punto principal, es la bondad de esta tradición de razonar y la investigación abierta a la que yo agradezco por estar vivo el día de hoy.”
Videos de Dawkins por Carlos Niebla el martes 4 de septiembre de 2007
Buscando en la red que ha sido de los cuates, me encontré “la guarida de Negrabarba” (mejor conocido como Max de Mendizábal), donde, además de exponer su simpatía por Dawkins,pone las ligas a dos videos subtitulados en español sobre el tema: