Caray
Como he escuchado últimamente que ha subido el “ruido de fondo” al respecto de una supuesta “necesidad de apertura”. Como de boca de muchos ha surgido la necesidad de “proponer” hasta “despotricar”, pero bocas desdentadas, chimuelas, cariadas o de menos mal cuidadas y halitosas al fin, que no tienen, pero añoran de la misma forma que el viejo del comercial del Melate “ya me vi, vieja, ya nos vi, con mayordomo y toda la cosa” el alcanzar el sueño húmedo de un medio, un canal, un “Magnavox” con el cual hacerse escuchar, oir, porque tienen tanto y tanto que decir, tanto y tanto que proponer, y de tanta calidad, que de seguro tendría un auditorio, un éxito sin precedentes…
Don Epigmenio, clan Argos, empezó muy bien, le fué a todo dar, tuvo un mega-gran-hit con un “share” impresionante, y luego la larga, lenta, constante debacle. Desde Nada Personal hasta la estúpida idiota hija del chingado “caníbal” hasta el colmo de “lady’s night”. No pues si, pues chido, el líder, la voz cantante, el nuevo-intelectual que propone y los que le disponen. Se atrevió a pedir la limosnita de uno o dos canales, de esos que sobran, de esos que no tienen ni ganancias, a título de artistas, cineastas, actores, maromeros, cuenta-cuentos y demás, y se atrevió a pedirlos en caridad en VHF, porque el proyecto en UHF nomás no ha pegado (despegado) y porque los “experimentitos interneteros” son una puñeta nomás.
Aclaro: no tengo nada en contra de Don Epigmenio, a lo mejor si de la mayoría de sus productos, de Argos, pero no de el. En el fondo tiene razón: está bien, pero bien jodida la situación de los famosos “medios”. Pero en un país donde, si sabes como pedir pan y tienes cuates que te lo dan, hay una pinche clasecita-nata-social que se está acostumbrando a recibir las migajitas que caen de la proverbial mesa en la que se sienta el mesías, ya sea para esto que es muy bueno, ya sea para esto otro que es mejor, ya sea para rascarme a gusto los destos porque el título de mi caridá, de mi asociación, de mi ONGera, de mi IAPera y la misión-visión-bussiness-plan está pero requete chulo y todos se la tragaron completita.
¡Bola de holgazanes culeros!
¡Hay que romperse el culo verdaderamente!
No andar como treinta-cuarenta-ñero viviendo de la limosna de los papis y prodigando a los cuatro vientos lo cómoda que es la vida intelectual… ¡madurez carajo!
¡SI! es una farsa bien, pero rebién montada el rollo de las famosas concesiones de frecuencias, pero no solo aquí, en México, sino hasta en el país donde más canales hay. El asunto no tiene nada que ver con el “una limosnita, por caridá, un canalcito, una estacioncita de radiecito, una lanita anual pa’ darle duro a mejorar la situación”. Eso no resuelve nada, y es reflejo de una enorme P-ignorancia acerca de la teconología, de los medios, de las leyes, del bussiness pues, porque con coderas cosidas a mano por manos inexpertas en saquitos con botones incompletos, morralitos con La Jornada, cigarros delicados y zapatitos de gamuza que dicen a todas luces “nomás no la hago, pero soy bien chingón”. El quiere azul celeste, que le cueste.
No estoy hablando al lumpen-proletariado que no tiene escape alguno, sino a los “preparados”, a los que gozaron (y algunos todavía gozan) de tener comida en la pancita cuando bebitos, educación “completa y formalita”, ¡yougurt y cerealito! esos no tienen pretextos, no tienen porque mendigar caridades, tienen OBLIGACIONES les guste o no (¡a que pinche miedo a las oblicaciones y a los compromisos! ¿verdad fulanito/a?). Tienen OBLIGACION con su propio cerebro, que jala muy a pesar de ellos, OBLIGACION con sus familias, que les dieron la oportunidad y OBLIGACION con la SOCIEDAD, ya sea porque es lo correcto o porque egoístamente quieren evitar que un lumpen viole con saña a sus propias madres, primas y hermanas.
Hay que saber, luego hay que CHAMBEAR, crear, producir uno mismo, salir adelante, luego JALAR a los demás (si uno no los puede jalar y/o convencer, abandonar ahora las pinchurrientas ganas de “proponer” y “despotricar”, ‘ta uno pendejo, que le caiga el veinte) y al final, luego de rajarse el culito, decir “ya lo hicimos”, en lugar de “ya nos lo dieron, al fin nos lo dieron, diosito, nos hicieron caso, gracias, muchas gracias, no se que decir, no tengo palabras, aquí vamos a comenzar algo nuevo y prometedor para todos…”
UNO: la revolución digital que está cambiando la forma en la que opera el Copyright ya empezó. Si no se sabe programar, no hay manera de entender.
DOS: las concesiones de espectro, a últimas fechas “subastadas”, se hacían en tiempos prehistóricos con el fin de evitar “interferencias” (nomás tu solito puedes usar la frecuencia xxx.yy Hz., y si alguien intenta usarla, nos lo quebramos). Hoy muchos aparatitos populares usan las mismas frecuencias y el pex de las interferencias se ha reducido al mínimo, por lo que el argumento ancestral contra las interferencias carece ya de sentido.
TRES: Si, el sistema está mal, hoy, pero el mercado (si, el mercado) lo está cambiando irremisiblemente. Con y sin la ayuda de quienes no pueden entender que es lo que ocurre con las redes P2P, el proyecto GNU, el Broadcast-Flag, ancho de banda y HDTV. Después de todo, siempre habrá quien se queje (a veces legítimamente) de que alguien más que habla un idioma que no entiende (por lo general matemáticas y física) esté cambiando a _su_ planeta, pero no evitará en ningún grado que las cosas cambien.
Así que, si a alguien le interesa de verdad sumarse al esfuerzo por cambiar el asunto de los medios, ahí están las herramientas, ahí está google pa investigar y ahí está la voluntad.
Los que no, que signa pidiendo limosnitas, y usando Windows pa’ “surfear”…
Happy hacking!