Pinche APPO. pinches violentos, pinches “colectivos solidarios”, pinche Indymedia, pinche Radio Univerisidad (de Oaxaca), pinches “compañeros” y hasta pinches “camaradas”.
El supuesto “movimiento” es una estupidez, una sin razón, una niñada. La muerte de Brad Will fué el detonador para abrir los ojos, y ahora, las consecuencias de quienes no saben lo que quieren y se “cuelgan” de necesidades legítimas para el puro caos.
Una declaración me pareció de lo más interesante: Ramírez Leyva (dirigente estatal del PRI) apunta que “hay más priístas que gente de la APPO en Oaxaca, y eso es un hecho. Así es la democracia (con la cual no convivo, vaya, mientras no haya un pueblo educado), y la verdad no convivo absolutamente para nada con la APPO, porque la APPO está usando tácticas que solo conducen al caos, y no a la anarquía (cosa muy distinta, con la que si congenio, pero que es impráctica entre desarrapados y lumpens).
Bástese con oir un par de horas la famosa “Radio Kehuelga” o “Radio Universidad de Oaxaca”, con consultar los foros de Indymedia, con ver el efecto de sus supuestas “movilizaciones”… esta gente no tiene nada que ver con la izquierda, ni siquiera radical, y si tiene mucho que ver con varios movimientos violentos que se están dando en el mundo. México rápidamente se verá como Paris si no nos deslindamos de los violentos que nada van a lograr.
Insisto: una cosa son las legítimas aspiraciones a una vida mejor de los relegados, de los apartados, de los pueblos jodidos, y otra muy distinta es que los usen como carne de cañón a lo conejo, ni siquiera con peticiones y razones claras. Los olvidados son manipulables en grado sumo, y ya me cansé de comer palomitas en mi sillón rojo (a la McLuhan) viendo como se dan en la madre por ningún motivo, desperdiciando fuerzas y sangre. Estos grupos de estúpidos se “cuelgan” de cualquier “movimiento” y a la menos provocación prenden fuego a todo (así es fácil distinguirlos), y es contra ellos en primer lugar que debemos hacer algo.
No quisiera ser mal interpretado, y por ello va una pequeña aclaración: con todo lo molesto que pueda ser, una manifestación es un derecho, bien contenido y expresado en la carta de los derechos humanos. Una manifestación, un bloqueo, un plantón, una marcha… a veces es lo único que se puede (y debe) hacer enfrente de un gobierno (y a veces el mismo pueblo) que no escucha.
El problema de los cuates que se coordinan en Indymedia es que no tienen claro que quieren, sino básicamente buscar la anarquía donde no es posible practicarla (y aquí subrayo que soy un fiel proponente de la anarquía, pero con muchísimas condiciones previas). Buscar la anarquía donde no es posible ejercerla es provocar el caos, y la neta, a mi menos que a nadie puede afectarle dicho caos, porque mi posición es privilegiada, y a los que más perjudica es a los jodidos de siempre.
No caigamos en el juego de los estúpidos bárbaros, chequemos su “modus operandi” y levantemos la mano, la voz y lo que sea necesario en contra en primer lugar del caos que pretenden, y en segundo lugar (pero no menos importante) en contra de que gracias a sus chingaderas nos sean quitadas nuestras amadas libertades (como el derecho a la manifestación).