Pensé que no iba a escribir nada sobre la muerte de Juan Pablo II, y no lo voy a hacer. Pero de forma relacionada he de decir lo siguiente acerca de su recién nombrado sucesor, ex-cardenal Ratzinger, ahora papa Benedictus XVI: El discurso que pronunció en la última misa celebrada en la basílica de San Pedro, que muchos vieron como su promoción como papable, concuerda con mi visión sobre la congruencia: un conjunto maduro de creencias (o, en caso de los no-creyentes, de reglas) no anda cambiando según el viento del momento, no se ajusta a los tiempos, es constante y se respeta. Y agrego yo: respetar las propias reglas, aún a costa de algún beneficio, es respetarse a si mismo. Quien se falte al respeto, no merece el respeto de nadie. Unica coincidencia con el sr. Ratzinger / Benedictus XVI. Dicho lo cual, finiquitado el asunto.