No pasa un día, ni siquiera una hora, sin que se refiera a mi madre. Estar vivo está obvimente ligado a su existencia, pero no es tan obvio que otras personas también lo estén gracias a ella. Y ver que lo agradezcan es reiterar que fuí una anomalía, al igual que mi hermana. La persona más inteligente que conozco me dió la vida, y sigue enseñándome todos los días a vivirla. El terror existe, no es un concepto abstracto. En el valle de sombras no he conocido la obscuridad ni un solo momento porque ahí está su luz. Me aterroriza la obscuridad, todas las horas, todos los días.
AUTHOR
You may also like
Hace ya varios años, haciendo las compras en lo que entonces se llamaba todavía Aurrerá (ahora Walmart) de Universidad esq. con Miguel […]
Continuando con lo que escribí acerca de las corridas de toros (fiesta brava), sigo con el tema de lo que a primera […]
Los incendios en la selva amazónica ponen de relieve el mito de que dicho lugar geográfico es el “pulmón” de la tierra. […]
Con todo el asunto de las nuevas leyes para protección de los no fumadores en la Ciudad de México, y el que […]