Absolutamente nadie debería estar encarcelado, o sufriendo un proceso penal, debido a una certeza moral. Ningún ciudadano, por más señalado o acusado que sea, debe estar privado de ninguna de sus garantías constitucionales sin haber pruebas en su contra. El caso de Raúl Salinas de Gortari es para Ripley, pues hoy cumple 10 años provado de su libertad, sin ninguna prueba en su contra. Tal y como muchos mexicanos (e incluso extranjeros, algunos vascos, ¿verdad, Vicente?), el caso de Salinas es una prueba más de lo verdaderamente jodido que es nuestro muy odiado, asqueroso, retrasado e imbécil Sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal.
Resultaría imposible opinar sobre los miles y miles de casos en proceso, sin resolver, que mantienen a otros miles y miles de ciudadanos privados de lo más valioso que tiene un ser humano: su libertad. En México tal parece que no solo es válido y aceptado el que, con la estúpida Ley en la mano, se pueda privar de la libertad a alguien, sino que es incluso algo “necesario” para los idiotas que creen que aún sin pruebas, Raúl Salinas de Gortari permanezca encerrado.
El caso de Raúl Salinas no es el único sin resolver en años que mantiene al acusado tras las rejas sin haber pruebas sólidas en su contra (Raúl permanece encerrado solo debido a una acusación, al “testimonio” de un “testigo”, pero no ha habido “elementos probatorios”). Lo verdaderamente vergonzante es que decenas de miles (según algunas estadisticas hasta el 50% de los inquilinos de los centros penitenciarios) están encerrados en que se les haya dictado ninguna sentencia, o como en el caso de Raúl Salinas de Gortari, se les dictó, pero sin pruebas.
La justicia no reconoce personas, se debe aplicar a todos por igual para que sea justicia. Igual que los muchos encerrados por causa de el Sistema de Seguridad Pública y Justicia Penal, Raúl Salinas de Gortari no debería estar privado de su libertad, no importando quien sea, que haya sido de su vida o cual sea su credo, sin pruebas. Y esto lo digo en un acto de completo egoísmo, pues Raúl Salinas de Gortari no podría importarme menos, me imagino que las mimas leyes se pueden usar en mi contra, o en contra de mis seres queridos, y es ahí donde alzo la voz para repudiar las leyes actuales, en favor de una reforma tan necesitada y tan olvidada Reforma, por quienes matan poco a poco a todos quienes están encerrados, en pro de una pequeña y deleznable ganancia política, como la mayor parte de los actuales legisladores, cerdos holgazanes que solo quieren llevar agua a su molino…