Mucho se ha hablado de la anarquía, desde posturas serias hasta, sobre todo en estos tiempos, miedo sobrenatural a la palabra. Para desgracia de quienes se resisten con vehemencia a los cambios, la anarquía está a la vuelta de la esquina, pero no en la forma violenta que sus detractores proclaman, no. La anarquía, la desaparición de las instituciones, es un ideal en donde cada ciudadano es escuchado y atendido, es el reino de los derechos humanos. La anarquía funcional es el resultado de los tiempos en los que vivimos.