¿Qué es el Zugzwang? es la obligación de mover en el Ajedréz. El Dr. Emanuel Lasker lo describe mejor en su “Manual de Ajedréz”: “El pez puede rehusar moverse hacia la red del pescador, pero [las piezas en el Ajedréz] no puede[n] reuhusar hacer lo mismo. El derecho de mover en el Ajedréz es, al mismo tiempo, una obligación. En la mayoría de los casos, el derecho de mover es de gran valor, pero existen casos […] donde no resulta ventajoso mover. Además, correcta o incorrectamente, las leyes del Ajedréz no permiten una libre elección. Usted tiene la obligación de mover, gústele o no. La obligación de mover normalmente se describe con una palabra alemana, “Zugzwang”, que se ha hecho de uso internacional”. Pues bien, los medios están sujetos a un tipo especial de Zugzwang, que se conoce como balance, y es una obligación (si bien no es una obligación legal) dar la misma oportunidad, los mismos tiempos, los mismos espacios, a todos los que tengan algo que decir en un tema dado. Y si hay alguien que se aprovecha del Zugzwang de los medios es Carlos Gelista, flamante presidente del PAN en el D.F.
Libertad
Caray Como he escuchado últimamente que ha subido el “ruido de fondo” al respecto de una supuesta “necesidad de apertura”. Como de boca de muchos ha surgido la necesidad de “proponer” hasta “despotricar”, pero bocas desdentadas, chimuelas, cariadas o de menos mal cuidadas y halitosas al fin, que no tienen, pero añoran de la misma forma que el viejo del comercial del Melate “ya me vi, vieja, ya nos vi, con mayordomo y toda la cosa” el alcanzar el sueño húmedo de un medio, un canal, un “Magnavox” con el cual hacerse escuchar, oir, porque tienen tanto y tanto que decir, tanto y tanto que proponer, y de tanta calidad, que de seguro tendría un auditorio, un éxito sin precedentes…
Los medios de comunicación masiva, instituciones al fin y al cabo, tuvieron su época y agonizan para ser sustituídos rápidamente por el uso distribuído de la tecnología. Pero rápidamente debe ser tomado como un concepto relativo al tiempo que llevan existiendo. Desde los primeros experimientos de Hertz hasta las aplicaciones de Marconi, y luego la puesta en marcha de proyectos comerciales para distribuir contenidos usando como medio de propagación al aire por medio de radiofrecuencias (osea: la aparición de estos medios de comunicación) no ha pasado mucho tiempo. En ese contexto, rápido no llevará más de una década.
Mucho se ha hablado de la anarquía, desde posturas serias hasta, sobre todo en estos tiempos, miedo sobrenatural a la palabra. Para desgracia de quienes se resisten con vehemencia a los cambios, la anarquía está a la vuelta de la esquina, pero no en la forma violenta que sus detractores proclaman, no. La anarquía, la desaparición de las instituciones, es un ideal en donde cada ciudadano es escuchado y atendido, es el reino de los derechos humanos. La anarquía funcional es el resultado de los tiempos en los que vivimos.