No pasa un día, ni siquiera una hora, sin que se refiera a mi madre. Estar vivo está obvimente ligado a su existencia, pero no es tan obvio que otras personas también lo estén gracias a ella. Y ver que lo agradezcan es reiterar que fuí una anomalía, al igual que mi hermana. La persona más inteligente que conozco me dió la vida, y sigue enseñándome todos los días a vivirla. El terror existe, no es un concepto abstracto. En el valle de sombras no he conocido la obscuridad ni un solo momento porque ahí está su luz. Me aterroriza la obscuridad, todas las horas, todos los días.