¡No llevas pollos, idiota! fué el grito de enojo de una niña de no más de 10 años, cuando se levantó luego de rodar por el suelo a bordo de un camión, ajustándose los lentes y acomodando una enorme mochila sobre su espalda. Gordita y con su uniforme escolar, no estaba bien sujeta a ninguna parte cuando el conductor pisó a fondo el pedal del freno por ir a exceso de velocidad. Pero lo que está aprendiendo esta niñita, es que o llevaba pollos o a algo más, no a gente.